lunes, 22 de agosto de 2011

“La crisis de la Deuda Soberana.”


Aunque se trate de una imagen que se repite jornada tras jornada y nos parezca una situación casi de “normalidad”, el diferencial por el que los soberanos pagan sus nuevas emisiones de deuda es un problema realmente grave que no reside tanto en su colocación, sino en el coste que representa para el emisor.

Y no hay nada mejor que culpabilizar de ello a las agencias de calificación, consiguiendo así una desviación del tema principal y además creando un nuevo diablo en el mercado financiero, algo parecido a un terrorista de mercados.

Pues bien, es hora de que alguien (aunque sea por decoro) se mire en el espejo y admita sus propios errores, si bien es cierto que las agencias de calificación debieron tener consecuencias legales por los graves errores que cometieron, sobretodo por la calificación de las “surprime” y por la caída de Lehman.

Pero los responsables de la gestión financiera no son las agencias de calificación, por mucho que lo repitamos, por mucho que lo griten nuestros dirigentes las culpables no son ellas.

Sus valoraciones responden al análisis (cierto que más riguroso) de unos balances mal gestionados y de una redistribución de los recursos ineficiente e incluso corrupta.

Cuando el PIB sobrepasó todas las expectativas, ¿Quién creó unas reservas lo suficientemente sólidas para soportar una posible recesión o estancamiento? NADIE.

Cuando se avisaba por activa y por pasiva del agotamiento del modelo productivo basado en una especulación artificial, ¿Quién puso freno? NADIE.

¿Quién realizó un estudió básico de los balances para tener una administración eficiente y un control en el gasto público? NADIE.

Pongamos como ejemplo a aquel vecino o amigo que en el año 2005 ganaba 4.000.-€ al mes y empezó a comprar inmuebles con hipotecas al 110%, que cubrían gastos y viajes y que ahora ha firmado la segunda refinanciación del inmueble que le queda, mientras que el otro ya se lo han ejecutado.

Entendemos que en la euforia del momento y como consecuencia de la codicia humana, una persona pudiera caer en la tentación pero debemos ser más exigentes con los políticos que nos han llevado a  esta situación. Debemos exigir responsabilidades, pero sobretodo y con urgencia, debemos requerir una reforma esencial de quien gestiona los recursos. Se ha demostrado que la clase política no es capaz de gestionar recursos ni riqueza, por tanto, empieza a ser hora de que se deje paso a los gestores profesionales de solvencia contrastada.

Y no me confundan, no hablo de colores ni de partidos, puesto que tan mal y criticable lo hicieron unos dejando crecer una burbuja artificial con más poder que una arma de destrucción masiva, como los actuales que son incapaces de dar la talla en la gestión de la crisis global.

Y créanme tampoco hablo de países, sino de dirigentes de occidente que han demostrado no tener el perfil de gestores eficientes, que confunden a los mercados y que provocan mayor desconfianza.

Y al final de la cola se encuentra el inversor que sí ha tenido en cuenta sus reservas, empresarios que saben gestionar su negocio, que tienen pasivos importantes y que temen que hacerlo bien les pueda salir caro.

Para ellos, propongo tres modelos de inversión para el período actual:

  1. Cartera de Renta Variable: Con mercados bajistas, mientras el terror se apodera de los parquets es el momento de la compra; empresas de primer nivel que tengan en el exterior su mayor porcentaje de negocio recurrente y además dividendos superiores al 10%. Tenemos verdaderas oportunidades en las bolsas de occidente para un perfil de inversor dinámico.
  2. Cartera de Renta Fija: Tir’s verdaderamente interesantes en períodos no muy largos, (3-5 años) de compañías que nos ofrecen garantías en la gestión de su negocio. Podemos encontrar papel por encima del 7% de rentabilidad anual en empresas de primer nivel. Para un perfil moderado es una buena opción. No olvidemos el Depósito Bancario como refugio de tormentas, con liquidez aunque se asuma penalización, para una parte considerable de mi inversión es del todo necesario.
  3. Cartera Fondos de Inversión Cuando los tipos como el Euríbor a un año se descuenta al 1%, (evidente signo de recesión), nos quedan pocas opciones. Los fondos que invierten en Oro (actualmente cotiza a 1.800) pueden ser una buena opción, ya que los 3.000 no están lejos, y en las actuales perspectivas la rentabilidad sería más  notable (y además llevan una revalorización de más del 20% en el presente ejercicio). Para un perfil agresivo deberíamos pensar en Emergentes, de forma gradual ir teniendo en cuenta que el suelo para estas economías no esta lejos y tocará recoger beneficios.

Mi frase favorita
“No importa con que frecuencia tengas razón o te equivoques. Lo único importante es que cuando ganes sea cuando tienes razón y cuando pierdes sea cuando te equivocas (George Sores)”

















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